El vishing es una combinación de llamada telefónica y phishing, consistente en obtener información de la víctima a través de una llamada de voz para poder operar con dichos datos. Por su parte, el smishing consiste en la obtención de los datos de forma similar al anterior, pero interactuando a través de sistemas de mensajería, como pueden ser WhatsApp, SMS... Existen dos modalidades, una en la que se produce una descarga de un malware, a través del cual acceden a los datos y archivos de los usuarios; y otra en la que redireccionan a las potenciales víctimas a una página web controlada por los delincuentes, y una vez se accede a allí se puede obtener información relevante para la consecución de la estafa. En este caso suelen suplantar entidades de reconocido prestigio: empresas de paquetería, de suministros eléctricos, compañías telefónicas...